Migrando de Arch a Debian: 2 semanas después

Por cuestiones de trabajo, he tenido la necesidad de mudarme a un pueblo lejos de la ciudad, un pequeño pueblo pesquero de unos tres mil habitantes. No es que yo viviera en la capital del mundo, pero sí en la capital de mi estado, y como tal, vivía en una ciudad pequeña, pero con la inseguridad, la indiferencia y los servicios públicos y privados que se puede esperar de una población urbana. Si bien mi conexión a internet no era la mejor, e incluso muchas veces renegué de ella, lo cierto es que me funcionaba para ver videos a 720p, navegar de una manera decente en internet y mantener mi instalación de Arch Linux al día. Nada de eso puedo hacer ahora, al menos no con la misma facilidad.

El internet en el pueblo donde llegué es sencillamente malo. Las velocidades de descarga son de 50 kbps en sus mejores momentos y ver videos, incluso a 144p, es a veces imposible. Los datos móviles no son una opción tampoco pues no alcanzamos ni el 3G. En esta situación, poco antes de mi viaje decidí formatear mi partición root y decirle adiós a Arch, al menos por un año, y reemplazarla por Debian 10.

No es la primera vez que uso una distro basada en Debian, mas si la primera vez usando el mismo Debian, y la verdad, he encontrado más dificultades aquí que en Arch. Uno pensaría que por tener un instalador CLI, configurar el sistema sería difícil, pero es curioso como en Debian he tenido más problemas para dejar funcionando ciertos paquetes.

En primer lugar me decanté por la versión net-install con una configuración muy mínima, pues al usar BSPWM no necesito un entorno de escritorio completo. Ya estaba preparado para encontrarme con paquete viejos (bspwm está como 3 versiones atrasado), lo que no esperaba era que, a pesar de presumir más de 86 mil paquetes en sus repos, paquetes como Polybar o Light no están disponibles, y su instalación desde el código fuente puede ser dolorosa, puesto que las dependencias usan nombres diferentes en Debian y están más segmentadas: lo que en Arch era uno o dos paquetes en Debian son cinco o seis. Cabe decir que varios de mis scripts simplemente no funcionaron en Debian y tuve que hacerles ciertas modificaciones.

En cuanto al tema de la estabilidad, bueno, hasta ahora, no me ha crasheado ningún programa solo o me ha dado un comportamiento extraño, solamente Flameshot se traba si establezco una ruta para guardar las fotos en la línea de comandos, y Dunst se niega a arrancar automáticamente mediante D-bus como lo hacía en Arch, aunque es pronto para dar una opinión completa.

En resumen, durante estas dos semanas, usar Debian ha sido algo interesante, he podido restaurar mi workflow casi por completo, y digo casi porque quizá se me esté olvidando algo. No obstante, debo decir que la experiencia para mi, en Arch, fue superior en los primeros días, y extraño aspectos como AUR que facilita muchísimo la instalación de paquetes fuera de los repos oficiales, pero ya que depende muchísimo del internet me fue necesario migrar a otra distribución. Esperaré a las siguientes semanas para fijar definitivamente una opinión, por ahora hace un muy buen trabajo, pero no me ha hecho olvidar a mi querido Arch Linux.

Finalmente les dejo una captura de mi escritorio como luce actualmente:

Rice