Los gatos

Los gatos fueron domesticados para controlar plagas o para ser mascotas. A diferencia de otras especies que domesticamos como alimento o para alguna otra función como la leche o la lana, los gatos no podían cumplir esta función.

Los gatos no tienen una estructura social jerárquica de la que el ser humano pueda asumir la posición dominante como sucede con las ovejas lo que permite que puedan ser llevados en grupo sin tener conflictos. Además, los gatos son carnívoros, lo que los hace poco prácticos para criarlos por su carne.

Por eso los gatos son tan diferentes al resto de animales domesticados. Su naturaleza sigue siendo bastante independiente. Controlan plagas por instinto, y aunque seguramente los seleccionamos artificialmente por una cierta docilidad y belleza, conservan buena parte de su actitud independiente.

Y no olvidemos que son curiosos, una característica que debemos emular los humanos.