La brutalidad policial

Siento una tremenda indignación e impotencia por lo que ha sucedido recientemente en mi país. Una persona fue asesinada por la policía colombiana. Hay vídeos que graban los hechos y los dos uniformados involucrados ya fueron atrapados y otros fueron suspendidos.

El problema es que la brutalidad policiaca es cosa frecuente, lo que generó protestas en varias partes del país. La respuesta fue una mayor brutalidad policial y del ESMAD. En varias partes protestas pacíficas fueron disueltas a punta de gases lacrimógenos y bolillo. En otra partes, la policía respondió disparando a la población civil.

Tengo que decir que no me sorprende. Es cuando estas cosas suceden que el verdadero carácter de la policía sale a flote. No son un grupo que nos protege, como nos lo quieren vender. Forman parte de un Estado que no está al servicio del pueblo.

La respuesta del presidente fascista, quien sirve sin tapujos a Uribe, fue respaldar la institución. Decidió no ir a un homenaje a la víctimas y heridos que dejó la policía al disparar y apareció disfrazado de policía y dando ronda por los CAI para mostrar su respaldo. En todo momento señala que la brutalidad es cosa de unas cuantas manzanas podridas.

Y ahora el discurso es que las marchas fueron planeadas por grupos del ELN. No pueden tener más descaro los que están en el poder. Tristemente, sin una verdadera alternativa, el pueblo pagará con su sangre. La indignación, incluyendo la mía, pasará, o se dirigirá a un nuevo suceso. La única esperanza que albergo es que todo cambia, y muy seguramente, la situación, de una u otra manera cambiará, más no estoy seguro si será para bien.